Un 28,6% de los hogares del área metropolitana de Barcelona valoran mejor su vivienda después del confinamiento por Covid-19

Així es desprèn de l’enquesta “Habitant en confinament”, realitzada per Observatori Metropolità de l’Habitatge de Barcelona

04/05/2021

Un 79,9% de los hogares del área metropolitana de Barcelona valoran positivamente su vivienda, según los datos de la encuesta “Habitante en confinamiento” que llevó a cabo el Observatorio Metropolitano de la Vivienda de Barcelona (O-HB) entre el 6 de mayo y el 7 de junio de 2020. Un 51,3% lo valora igual de bien que antes del confinamiento decretado por la Covid-19 en marzo de 2020 y otro 28,6% lo valora mejor después del confinamiento.

Del 20,1% de los hogares que valoran mal su vivienda, un 14% lo valora peor que antes del confinamiento y un 6,1% lo valora igual de mal que antes. La valoración negativa de la vivienda a raíz del confinamiento es algo más elevada en Barcelona (15%) que en el resto de municipios del área metropolitana (12,8%).

En cuanto al régimen de tenencia, los hogares más descontentos, tanto antes como después del confinamiento, son los que están en alquiler, entre los que la valoración peor sube hasta el 34%, seguidas de los hogares que pagan hipoteca (22,1%) y, a mucha distancia, de los que tienen la vivienda pagada (8,7%).

Grado de satisfacción en la vivienda según el tipo de tenencia

Gráfico satisfacción de la vivienda en confinamiento

Fuente: Encuesta O-HB Covid-19, mayo 2020. Ámbito: área metropolitana de Barcelona.

Los hogares encuestados han valorado las carencias que perciben en su vivienda, siendo las vinculadas con deficiencias constructivas del edificio las más destacadas (en torno al 20% respecto del total de carencias), seguidas por la relación de la vivienda con el exterior (entorno el 10%) y la mala accesibilidad (13%). Pero si sólo se tienen en cuenta aquellos hogares que valoran peor su vivienda después del confinamiento, las carencias que destacan son las vinculadas con la relación con el exterior, como los problemas de ventilación (46,3%), la poca luz natural (43%), malas vistas (40%), no visión de vegetación (39%).

Sin embargo, prácticamente la mitad de los encuestados no cambiaría nada de su vivienda después de la fase de confinamiento (48%), y de los hogares que realizarían cambios, destacan los vinculados con la mejora con el entorno y los espacios exteriores. En concreto, el 21,3% crearía espacios con una mejor relación con el exterior y el 20,5% pediría un mayor uso compartido de los espacios comunes del edificio. En cuanto a los cambios vinculados con la distribución de la vivienda, los dos más destacados son una mejor flexibilidad de los espacios para que se adapten a varios usos (el 19,2%) y la creación de espacios más diáfanos o amplios (15,6%).

Cambios que realizaría en la vivienda después del confinamiento

Gráfico cambios en la vivienda en confinamiento

Fuente: Encuesta O-HB Covid-19, mayo 2020. Ámbito: área metropolitana de Barcelona.

En cuanto a hacer reformas, un 25,4% de los hogares encuestados querría hacerlas después del confinamiento para adecuar la vivienda a nuevas necesidades o solucionar carencias, pero la gran mayoría no se lo puede permitir. Cabe destacar que es este último grupo también es el que más demanda una nueva vivienda (18,6%), o que cambiaría de domicilio si se lo pudiera permitir (39,6%).

Actividades durante el confinamiento

En este análisis de los efectos del confinamiento en la percepción de la vivienda, hay que tener en cuenta que en torno al 55% de los hogares encuestados afirman haber realizado durante el confinamiento nuevas actividades dentro de casa, mayoritariamente trabajar (54,2%) y hacer deporte (55,4%), seguido de la formación o escolarización (32%). Para realizar estas y otras actividades han modificado el uso de algunos espacios; el comedor o sala de estar ha sufrido la mayor parte de los cambios (62,5%), seguido de balcones y terrazas (33%) y las habitaciones (27,5%).

‘Habitante en confinamiento’

La encuesta, que recogió más de 6.000 respuestas, la gran mayoría en el ámbito del área metropolitana de Barcelona, se realizó en colaboración con la Agrupación AUS (Agrupación de Arquitectura y Sostenibilidad) del Colegio de Arquitectos de Catalunya y contaba con el apoyo del Departamento de Territorio y Agenda Urbana de la Generalitat de Catalunya, del Ayuntamiento de Barcelona, de la Diputación de Barcelona, del Área Metropolitana de Barcelona y de la Asociación de Gestores de Vivienda de Alquiler de Cataluña (GHS).

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